Hace una semana ingresó a mi consulta un paciente que lucía muy activo, muy dinámico, que sólo presentaba algunos síntomas urinarios, sin mucha sintomatología. Tiene 64 años de edad, casado y con 2 hijos profesionales. Viene por interconsulta de urología y lo refiere por un PSA en 100 y una biopsia de próstata el cual informa un “adenocarcinoma de próstata Gleasson 8(4+4)” en términos comunes un cáncer de próstata. Yo le completé los exámenes de extensión de enfermedad y se demostró que tenía metástasis al hueso de la columna y pelvis, no había metástasis a otro órgano. Así que debíamos empezar tratamiento y definir con el paciente en qué momento radioterapia o si tenía alguna implicancia realizar una cirugía.
Este caso me llevó a reflexionar sobre la importancia de la prevención, teniendo en cuenta que muchas veces el cáncer de próstata es una enfermedad silente sin muchos síntomas, de lento avance y que muchas veces es diagnosticado cuando ya es una enfermedad metastásica (avanzada) y probablemente haya pasado mas de 5 años desde que inició el cáncer.
- Este paciente sólo tuvo un control de PSA a la edad de 50 años, el cual era normal y no se hizo otro control hasta ahora. Y ahora llega con un PSA en 100, 25 veces su valor máximo (valor normal menos de 4). La recomendación es realizar un chequeo con dosaje de PSA a partir de los 50 años y si tiene algunos otros factores de riesgo como: historia familiar de cáncer de próstata, conocimiento de mutaciones germinales que incrementen el riesgo de cáncer de próstata o afrodescendiente pueden iniciar incluso antes a partir de los 40 años.
- La sintomatología está relacionada al crecimiento de la próstata probando ardor al orinar, retención urinaria, algunos casos con sangrado al orinar cuando la próstata crece en forma central y hacia las vías urinarias. Pero como en este caso que les presentó tenía síntomas muy leves. Porque el crecimiento del tumor no era hacia la vía urinaria sino hacia la periferia de la próstata.
- Algo muy importante también es que la progresión de esta enfermedad tiene una predilección por avanzar a los ganglios de la pelvis y los huesos, a diferencia de otros tipos de cáncer donde invaden otros órganos antes de invadir huesos. Por eso es que muchas veces se hace diagnóstico porque se hizo el hallazgo incidental de una lesión maligna en hueso y se confirma posteriormente que es de origen prostático.
- El manejo del cancer de próstata es un manejo multidisciplinario entre el (oncólogo clínico, urólogo oncólogo, radio-oncologo) y servicios que apoyen en el seguimiento como nutrición, psicología o terapia física. En el escenario de una enfermedad localizada solo en la próstata aparte del estadio clínico también tiene mucha importancia saber el valor del PSA, el Gleasson por patología, el tamaño tumoral y con eso definir el riesgo del paciente y eso va dirigir la pauta de tratamiento. Me refiero si va de cirugía inicial (prostatectomía) seguida de radioterapia + bloqueo androgénico, o si va primero a radioterapia con bloqueo androgénico. Es importante tener claro que el al ser el cancer de próstata una enfermedad andrógeno-dependiente debemos bloquear todo estímulo de andrógenos (hormona masculina). Ahora en el escenario como del paciente que es una enfermedad con metástasis el tratamiento es de inicio sistémico médico con bloqueadores de andrógenos y terapias coadyuvantes como el uso de fijadores de calcio por las metástasis oseas y también la radioterapia que tiene un rol en el manejo de las metástasis para manejo del dolor o lesiones óseas de riesgo de fractura.
Quizá nuestro paciente pudiera haber estado en otra situación si hubiera tenido un control más estricto y periódico y se detectaba antes, sin embargo, aun así, en una enfermedad metastásica en cáncer de próstata los tratamientos y estrategias actuales tienen muy buena respuesta y sobrevida alentadores. No dejemos de hacer nuestros controles según nuestros factores de riesgo y en la edad que tengamos.
Médico especialista en Oncología Clínica