La caries dental es considerada como una enfermedad crónica, no transmisible muy frecuente en la niñez; la cual es dependiente de dos factores principales: presencia de bacterias y azúcar en la boca. A pesar de ser una enfermedad completamente prevenible, la realidad nos muestra que aún hay mucho trabajo pendiente para poder lograr una población infantil sin caries.
Factores de riesgo
Los principales factores que ponen en riesgo la salud oral de nuestros niños y lo predisponen a desarrollar caries dental son:
Acúmulo de placa bacteriana por deficiente o nulo cepillado dental
Alta ingesta de azúcares, especialmente desde edades muy tempranas
Ausencia de aplicaciones de fluoruro
Signos y síntomas
Esta enfermedad inicia su progresión con pérdida de la estructura mineral contenida en los dientes. En esta etapa es totalmente imperceptible tanto para padres como para los mismos odontólogos.
Posteriormente, se pueden apreciar los primeros signos de la enfermedad; en etapas iniciales se manifiesta como manchas opacas de color blanquecino ubicadas generalmente cerca a la encía o en las fosas y fisuras de las molares (zonas más profundas muy retentivas de placa bacteriana).
Mas adelante, estas manchas se tornan cavidades, teniendo un color amarronado y siendo muy fácil el acúmulo de restos de comida dentro de ellas. En esta etapa es probable que el niño ya sienta ligera incomodidad al masticar o molestia cuando se empaqueten los alimentos dentro de ellas, así como mal aliento.
Finalmente, cuando la enfermedad ya se encuentra en estadios más avanzados, las cavidades son de mayor tamaño comprometiendo la zona de la pulpa (nervio) y el niño ya siente dolor de moderada a severa intensidad; pudiendo también presentar hinchazón de la cara, acúmulo y drenaje de líquido purulento, etc.
En muchas ocasiones la destrucción del diente es tan grande que únicamente quedan pequeños fragmentos dentales que deben ser extraídos.
Tratamiento
Mientras la enfermedad sea diagnosticada en etapas iniciales, los tratamientos a realizar son más simples y menos invasivos, lo cual favorece mucho la conducta del niño en el consultorio. Sin embargo, si la enfermedad recibe tratamiento en etapas avanzadas, los tratamientos son más complejos, e incluyen el uso de anestesia para que el niño no sienta dolor.
Algunos de los posibles tratamientos incluyen:
Terapia de fluoruro: Consiste en aplicaciones sucesivas de flúor barniz en caso de manchas blancas.
Tratamiento restaurador atraumático (Sellante y Restaurador): El cual se fundamenta en el uso de instrumentales manuales; evitando el ruido del motor, muchas veces poco tolerado por algunos pacientes. Se realiza en caso de lesiones iniciales en las fosas y fisuras de las molares y en pequeñas cavidades que no comprometen la pulpa.
Restauraciones de ionómero o resina: En caso de cavidades de poca a mediana profundidad, donde la estética es más demandante (piezas anteriores).
Terapias pulpares Pulpotomía y Pulpectomía: Cuando la lesión ha progresado y comprometido el nervio del diente; se trabaja bajo anestesia local.
Exodoncias: Muchas veces cuando la enfermedad ha progresado y destruido mucha estructura dental es necesario extraer los restos dentarios. Posterior a ello y de acuerdo a la edad del paciente será indicado un mantenedor de espacio de ser el caso.
Tips de prevención
Para que nuestros niños no sufran de esta enfermedad y se conviertan en adultos libres de caries les dejamos algunas recomendaciones:
Acudir a un control con el odontopediatra mínimo cada 6 meses y recibir aplicaciones de fluoruro en el consultorio.
Cepillar los dientes tres veces al día con una pasta dental fluorada de acuerdo a la necesidad del niño, el odontopediatra puede darte recomendaciones personalizadas de acuerdo a lo que presente tu niño.
Recuerda que, en niños menores de 8 años, son los padres quienes deben realizar dicho cepillado.
El cepillado más importante es el que se realiza en la noche, el niño no puede ir a dormir con la boca sucia.
Los niños menores de dos años no deben consumir azúcar en ninguna de sus formas. En niños mayores de esa edad el consumo debe ser limitado.
Diana Zelada
Odontóloga