Fotoprotección: Beneficios del cuidado de piel

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La radiación solar es fuente de vida, la radiación UVB es la fuente fundamental de vitamina D (basta con 10-15 min de sol al día para mantener una síntesis adecuada de ésta), pero la exposición de forma incontrolada puede suponer un riesgo para la salud por sus posibles efectos perjudiciales en nuestra piel como: quemaduras solares, fotosensibilidad, fotodermatosis, inmunodepresión, fotoenvejecimiento, lesiones precancerosas (queratosis actínicas) y el cáncer cutáneo melanoma y no melanoma. 

 

A la superficie terrestre llega únicamente una parte del amplio espectro de las radiaciones electromagnéticas que proceden del sol. Cerca de un 5% corresponde a los rayos UVA y el 0,5% son UVB. La mayor parte de la radiación que nos llega desde el sol forma parte de la radiación infrarroja. 

 

La intensidad de la radiación varía en función de diferentes factores y se mide con el índice de Radiación Ultravioleta (UVI). En nuestro país los valores de índice de radiación oscilan desde 13-17 en las diferentes regiones del país, encontrándose este rango en el grupo: extremadamente alta (Senamhi).

 

La radiación UVB es la principal responsable del eritema y la quemadura solar, así como del cáncer cutáneo.

La radiación UVA desempeña un papel importante en la formación del melanoma más que en cualquier otra forma de cáncer cutáneo.

El envejecimiento por exposición a la radiación consiste en los cambios en apariencia y funciones de la piel como resultado de una exposición solar repetida, más que por el simple paso del tiempo. Se estima que el 90 % de los cambios cutáneos asociados a la edad son consecuencia de la radiación UV crónicamente recibida, en particular por su acción sobre el ADN celular. 

 

Medidas de Fotoprotección: 

La estrategia más importante para la fotoprotección son las modificaciones de comportamiento y hábitos relacionados con la exposición al sol: uso de sombreros de ala ancha: alas anchas, mayores de 7,5 cm protegen la cara, los pabellones auriculares y el cuello. Las gafas de sol protegen los ojos y áreas perioculares de los efectos dañinos de la radiación UV.

Las sombras y los árboles pueden reducir la radiación UV directa, pero no la indirecta emitida por las superficies circundantes (arena, agua, nieve, etc.).

 

Fotoprotectores

Los fotoprotectores más utilizados son los preparados tópicos, aunque también existen sustancias que se administran por vía oral.

El protector solar debe aplicarse en cantidades adecuadas (2 mg/cm2 – regla de los dos dedos por zona), cubriendo todas las superficies expuestas de la piel, prestando especial atención a áreas como las orejas, el cuello y el dorso de las manos. Debe aplicarse 10-20 minutos antes de la exposición al sol y volver a aplicarse aproximadamente cada 2-3 horas si se encuentran al aire libre.

El Colegio Australiano de Dermatólogos y el Consejo de Cáncer de Australia, desaconsejan exponer a los bebés menores de 6 meses al sol directo cuando los niveles de índice RUV alcanzan 3 o más. Se aconsejan medidas de fotoprotección física: evitar los protectores solares en crema. También deben limitarse las exposiciones en niños menores de 3 años.

 

Leidy Guevara, Jurado Médico Dermatóloga de la Clínica Javier Prado.